La semana pasada fue la más rara de toda mi vida, primero me ataca una extraña crisis existencial y luego veo luces en el cielo hasta que estallan, conocí a un tipo que de alguna forma logró levantarme el ánimo, creo que era brujo, desde aquel viernes que nos volvimos a ver no dejo de sentir una sensación de extraña... ¿felicidad? ¿satisfacción? No se realmente lo que es, pero de alguna manera la siento ajena a mí, es especialmente extraño el hecho de que se vuelve más fuerte esta sensación cuando comienzo a pensar otra vez en todo lo que quedará cuando muera, todos mis logros que solo a mi me importan porque no tengo a nadie cerca, porque antes no me importaba el hecho de ser huérfano, pero ahora... Aquí viene de nuevo. Es como un potente antidepresivo que hace efecto de manera inmediata. ¡Me esta matando! ¡Me hace sentir violado! ¡Como si no tuviera derecho de sentir lo que yo quiera!
Tal vez suena ridículo, las personas realmente no pueden elegir como sentirse respecto a ciertas situaciones pero aún así los demás tampoco tienen derecho de hacerte sentir como a ellos les venga en gana. Mañana nos volveremos a ver, le preguntaré que fue lo que me hizo y le diré que lo revierta... Supongo que debe poder hacerlo. Es posible que ya me esté volviendo loco, todo este asunto me hizo sacar una cita con el Psicólogo pero creo que eso no está funcionando, aunque supongo que se necesitan más de 3 sesiones para saber eso; mientras tanto, yo sigo sintiéndome un Don Nadie con una historia nada especial y lo curioso es que me siento feliz por ello y estoy seguro que no debería, (porque eso es raro…) creo que debería sentirme triste pero no puedo sentir tristeza.
domingo, 10 de enero de 2016
La Curiosa Historia de un Don Nadie Especial (Parte 2)
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